Eritrofobia: el persistente miedo a enrojecer

Sonrojarse

La eritrofobia, es el temor a ruborizarse o sonrojarse, un trastorno fóbico dentro de las llamadas fobias o ansiedades sociales.

Por ansiedad social definiremos un temor persistente y crónico de forma desproporcionada, a relacionarnos socialmente y ser el centro de atención. Es cuando se produce esta focalización en nosotros cuando nos sentimos bloqueados con una timidez exagerada; y entonces la conexión mente-cuerpo se hace evidente por medio de algunos síntomas, en este caso rubor, sudor excesivo (hiperhidrosis), temblor, etc.

Es posible que se asocie de forma muy negativa las situaciones en las que se siente verguenza socialmente y sonrojo, con pensamientos autodestructivos o que interfieren en la vida normal de la persona, llegando al punto que si dichos pensamientos irracionales no son encaminados y liberados adecuadamente, la persona puede llegar a un aislamiento drástico o evitación de las situaciones sociales. La persona con este temor puede llegar a vivir con la constante preocupación de que los demás la están juzgando o pueden juzgarla, desarrollando incluso fobias añadidas como la gelotofobia (miedo a que se rían de uno o se burlen), agorafobia (miedo a salir a la calle), asi como ansiedad, cuadro depresivo, etc.

Esta fobia es una disfunción del pensamiento, un trastorno obsesivo y que puede conducir a la evitación social,  pero nunca una enfermedad. Sonrojarse es normal y saludable dentro de una función corporal sana, y no tiene consecuencias físicas, pero cuando requiere tratamiento es cuando la persona siente que está obsesionada con las consecuencias psicológicas que puede derivar del acto de ruborizarse. Cuando siente que le bloquea en su camino personal y social. Entonces podemos hablar de eritrofobia.

La mayoría de personas con eritrofobia tienen también un cuadro de fobia social asociado a esta fobia, y viceversa, la mayoría de fóbicos sociales padecen en algun momento de temor al sonrojo. Un estudio sociológico universitario presentó una estadística de frecuencia en la que se presenta este tipo de temor. Encabezando la lista aparece Japón, seguido de Corea, España y Alemania como los primeros países. Sin embargo, el país donde menos miedo al rubor había sería en Estados Unidos.

El temor al rubor debe abordarse de la forma adecuada: Aunque en algunos casos muy leves puede ayudar el consejo de amigos o familiares, en casos más graves puede llegar a consultarse al psicólogo o incluso llegar a desear una intervención quirúrgica (simpactetomía radial.)

Sin embargo, éste tipo de acción puede acarrear efectos secundarios y riesgos, y el psicólogo a veces ser demasiado lento, pues aún hay pocos estudios para tratar esta fobia.

El ir al origen de la eritrofobia y sanarlo de raiz, y no solo los síntomas, así como seguir técnicas adecuadas para desmontar creencias y reestructurar la conexión mente-corporal de forma rápida y efectiva, puede ser la solución definitiva y la más satisfactoria.

En estas páginas os brindamos a ese respecto toda la ayuda necesaria para poder combatir el miedo al sonrojo con efectividad.

 

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